La teoría es esencial. Sin ella, las prácticas carecen de fundamento y de dirección. El enfoque del MTC se esfuerza por abordar la totalidad de nuestra experiencia humana, tanto desde el interior, a través de la lente biológica y psicológica, como desde el exterior, mediante el análisis filosófico y cultural.

Desde la perspectiva biológica, es esencial comprender la maquinaria interna que impulsa nuestras acciones. Comprender cómo la actividad física, la calidad del sueño o la forma de alimentarnos tiene un impacto en el estado de ánimo o la vitalidad (o cansancio) que sentimos. Hay una interacción profunda entre la forma de respirar y la actividad cerebral, así como la postura misma afecta a la percepción. La clave radica en descifrar cómo opera nuestro cuerpo para poder cuidarlo adecuadamente.

En el ámbito psicológico, es vital desentrañar las estructuras y procesos mentales que subyacen en nuestra forma de pensar, a nuestras reacciones y estados de ánimo. Estudiaremos algunos modelos psicológicos que nos sirvan como punto de partida para investigar la raíz del bienestar o el malestar mental. Identificar la raíz de nuestros desafíos nos permite diseñar estrategias más efectivas para superar obstáculos y fomentar el crecimiento personal.

Sin embargo, sería un error pensar que la biología, la neurociencia o la psicología lo explican todo. La filosofía aporta algo muy importante. Nos ofrece un marco para aprender a pensar autónomamente y con más panorámica. Permite reflexionar sobre los desafíos más amplios que enfrentamos, de forma individual y colectiva, en una era moderna, determinando cómo las antiguas filosofías pueden ser relevantes hoy en día. Esta reflexión se enriquece aún más cuando se compara con filosofías de distintas tradiciones, ya sea occidental u oriental. Ambas ofrecen perspectivas valiosas que, aunque diferentes, pueden ser complementarias

Rechazamos la idea de adherirse ciegamente a una única doctrina o dogma. En lugar de eso, fomentamos un enfoque más abierto, que compara y contrasta diferentes marcos. Es esencial recordar que las prácticas de mindfulness en particular, surgieron en contextos históricos específicos. Comprender ese contexto nos proporciona una perspectiva más rica y matizada, ayudándonos a discernir lo que es útil y relevante para nuestro bienestar en el mundo actual.